En su momento tratamos la conservación y reparación de una bota de vino. Aquí vamos a describir cómo se fabrica.
Etapas de la elaboración artesanal de botas de vino de piel y pez*:
- Preparar el cuero: La piel de cabra, cabrito o, en ocasiones, de ternero, se limpia de restos de carne con raeduras y se curte con un baño en una solución tánica. Posteriormente, se soba con aceite para ablandarla. En la actualidad, el botero trabaja con pieles ya curtidas.
- Cortar la piel: Con la ayuda de una plantilla y de las cuchillas se corta una doble silueta de la bota.
- El «esquileo»: Con unas tijeras se rapa el pelo hasta dejarlo de un centímetro más o menos. A él se agarrará la pez.
- Disponer la piel para el cosido: Con el pelo hacia fuera, se dobla la piel y se prepara para el cosido del perímetro. Para poder trabajar con las dos manos, el borde de la piel se sujeta con unas pinzas de guarnicionero.
- El cosido: Se perfora la piel con la lezna y se cose con la aguja y con hilo de cáñamo.
- Dar la vuelta a la pieza: Tras el cosido, la bota se infla con un fuelle para comprobar si hay fugas.
- Preparar la pez: Se cuece resina de pino con cebollas, ajos y limones durante un día o dos y, después, se añade a esta cocción aceite para que sea más flexible. Esta sustancia sirve para impermeabilizar el interior de la bota.
- Echar la pez: La pez caliente se echa en el interior de la bota y se agita hasta que se impregne toda la superficie. Se tira el sobrante.
- Sujetar el brocal: El brocal o boca con tapa, fabricada de asta, baquelita o plástico, se sujeta a la bota con cáñamo.
Las botas llevan un cordón para colgarlas, y algunas un cuello —una especie de babero de cuero— que, al invertirse, sirve de embudo para llenarlas.
No se puede beber de una bota nueva. Primero hay que «curarla»: dejarla un tiempo llena de vino o coñac. El exterior también se protege con sebo.
Los odres, hechos con pieles enteras, se elaboran de forma similar. Tras coserse el corte ventral y las extremidades, se acopla una canilla.
Botas y odres deben guardarse siempre hinchados para que no se agrieten.
(*) Fuente: Museo del Vino de la Rioja